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Hablamos de cofradías

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«Que pare la música…¿para siempre?» por «Un músico más»

Hasta hace pocas décadas, las bandas que participaban en los cortejos de Semana Santa, eran en su mayoría, unidades de música de un cuerpo de policía o fuerzas armadas. Poco a poco fueron creándose bandas de músicos amateurs, tanto independientes como vinculadas a hermandades. En el presente, casi la totalidad de las bandas que existen son autónomas. Se
rigen por unos estatutos propios y se financian por sí mismas. Teniendo en cuenta que todas manejan una tesorería con unos movimientos económicos que tienen que estar debidamente justificados, de unos años para acá, muchas se han ido regularizando, adquiriendo una personalidad jurídica propia como asociación sin ánimo de lucro, con una naturaleza cultural y
social.
No estamos hablando de cooperativas o empresas. Cuando se cobra, no se da una retribución a los músicos. No hay un beneficio económico. Nadie se lucra. De hecho, las asociaciones están exentas por este motivo, de declarar el IVA del cobro por sus actuaciones, tal y como queda estipulado en el artículo 20 de la Ley 37/1992 que regula las exenciones de este impuesto. Los pagos, resultan ser por tanto, una aportación económica que redunda en su totalidad en el desarrollo de la actividad de la banda.
La Semana Santa marca el fin de la temporada de trabajo y, a su vez, el inicio de la siguiente. Son pocas las jornadas de descanso en las formaciones musicales, ya que durante el resto del año siguen trabajando. Lo recaudado solo en esta semana supone alrededor del 80% de sus ingresos totales y es lo que garantiza el pago del alquiler de local de ensayos, las facturas de luz y agua, y las deudas con acreedores para el mantenimiento de uniformidad e instrumentos… En definitiva, la Semana Santa es el sustento para este tipo de formaciones. Se cobra para seguir existiendo. Para poder seguir ensayando y actuando durante el resto del
año, en muchos casos, en una serie de eventos organizados a beneficio de alguna causa social promovida por las hermandades.
¿Qué hermandad alguna vez no ha contando con la participación altruista de bandas para organizar un «certamen benéfico» destinado a la ayuda de la Bolsa de Caridad, a sufragar la confección de una túnica bordada, al arreglo del templo, a la construcción de la Casa- Hermandad… o simplemente a autofinanciar la propia contratación de la banda. Y lo mismo, con procesiones de gloria, pregones, bandos, recogidas de alimentos… Ahí las bandas siempre están dispuestas para ayudar a las hermandades. Incluso, de un tiempo para acá, este tipo de actuaciones se recogen en los contratos como compromisos adquiridos, quedando las dos
entidades unidas en una relación de mutua ayuda más allá de la comercial como pueda producirse con otros gremios. Las bandas siempre están ahí cuando se les llama.
Ahora, son ellas las que solicitan a las hermandades su comprensión. Nos encontramos en una situación nunca vista hasta ahora. Las cofradías no han podido salir a la calle. Este año no ha sido por la lluvia, sino por otra causa de fuerza mayor, por el Estado de Alarma que aún estamos viviendo en España. Mismo efecto por distintas causas.
Hoy en día, todas las bandas incluyen en sus contratos, negociados previamente con cada hermandad, una clausula que garantiza el cobro íntegro o en un alto porcentaje, en caso de que la cofradía no pueda realizar su salida procesional. En unos, estipulan «inclemencias meteorológicas» y en otros, «caso de fuerza mayor ajena a las partes» Dato importante que
puede conllevar a distintas resoluciones contractuales.
A parte de la crisis sanitaria y social que todos estamos sufriendo, a los responsables de las bandas de música procesional de toda la geografía española se les suma la intranquilidad de no saber qué va a pasar con sus contratos de Semana Santa. Se conocen bastantes casos de hermandades que se han puesto en contacto con ellos, comunicándoles la decisión de no
hacer frente al pago estipulado sin, ni siquiera, negociar. Argumentan que como no ha sido posible la salida penitencial, el contrato no se ha podido cumplir, y deciden rescindirlo unilateralmente. No tocas, no cobras.
Preguntando a distintas bandas, no es ésta la respuesta que están encontrando por parte de sus hermandades la mayoría de las veces, incluso con muchas, aún no han tenido contacto. Hay corporaciones que les transmiten que afrontarán el pago íntegro, unas que están preocupadas por no haber podido cobrar las papeletas de sitio y otras, que aplazan la
negociación para cuando se levante el Estado de Alarma.
Esta incertidumbre se está extendiendo rápidamente entre los directores de las distintas bandas y uno de los mayores problemas, nos cuentan, es el desconocimiento que hay sobre las graves consecuencias que se darían si no pudieran cobrarse los contratos de este año. Para rematar, hay bandas que han anunciado en sus redes sociales que no van a cobrarle a sus
hermandades, bien porque reciben una subvención local, que no tienen que hacer frente a deudas o porque no tienen que pagar el alquiler del local ya que su ayuntamiento se lo tiene cedido. Esto ha incrementado aún más la preocupación y temen los directores que las hermandades reclamen este mismo trato para sí mismas.
Cada banda tiene una tesorería con unas ganancias y gastos planificados que tienen que hacer frente sí o sí. Este año, unas estrenaban nueva uniformidad, otras habían adquirido instrumentos nuevos, las hay que habían acometido obras de acondicionamiento de su local
de ensayo… Siempre para mejorar el servicio que prestan. Gastos acumulados durante todo el año a pagar tras la Semana Santa porque así lo tienen negociado con sus proveedores. El impago puede suponer incluso hasta la desaparición en muchos casos.
Las bandas, hoy solo reclaman una cosa: comprensión y negociación. Hay un contrato con un compromiso adquirido a cumplir. Todas están dispuestas a ayudar en la medida que sus circunstancias este año se lo permitan.
¿Pueden las hermandades existir sin las bandas? Claro que sí, pero al contrario, no.
Las bandas existen por y para las hermandades y si éstas no ayudan, para la música…para siempre.

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