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Hablamos de cofradías

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LA SACRISTIA: «La estupidez civil» por «José Ángel Ferrer García»

José Ángel Ferrer García.- Cuando me pongo delante del ordenador para escribir unas líneas para esta sección siempre lo hago el jueves para hablar un poco de lo más reseñable de la actualidad cofrade hasta hoy acaecida.

Pero con vuestro permiso, hoy no voy hablar de cofradías y sí, de un tema con el que me han entrado arduos dolores de barriga al leer las noticias en soporte digital y escuchar en varias cadenas de televisión y emisoras de radio.

“El Ayuntamiento de Rincón de la Victoria aprueba la celebración de la comunión civil”

Para conocer qué es una Comunión, es necesario acudir al mismísimo Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, que éste contiene seis significados para esa misma palabra y tres coinciden con la religión cristiana: «el acto de recibir los fieles a la EUCARISTÍA», «sacramento de la EUCARISTÍA», «congregación de personas que profesan la misma fe religiosa».

Es cierto que desde hace unas décadas hasta el día de hoy la celebración de este sacramento se ha desvirtuado bastante. Antiguamente se celebraba con una humilde merienda o un desayuno de chocolate con churros en el patio del vecino y el poco dinero recogido ese día, se destinaba a la compra del día siguiente de la casa, pero hoy día es rara vez que no escuches a un niño de diez años que se vaya con sus padres y hermanos a Disney Land París.

Sea cual sea la posterior celebración es importantísima la ceremonia de la PRIMERA COMUNIÓN de ese niño o niña, es la primera vez que son partícipes de recibir la carne de cristo y beber la sangre de nuestro Señor.

Hasta ahí entendía yo que era eso de una comunión pero, me sorprendió leer esa categoría de CIVIL que le daban unos individuos, ya que ese nuevo significado de comunión es para dar la bienvenida a la adolescencia, que según ellos es una etapa maravillosa y llena de esplendor pero siendo realista si fuese mi hijo yo le daría el pésame porque es una etapa horrorosa en la que en la cara sale acné, sufres continuos cambios de voz y padeces de olor corporal muy nefasto provocado por nuestras hormonas.

¿Qué le pasa últimamente al humano que vive en la península Ibérica y que cojea bastante de la pierna izquierda?

Yo creo que han perdiendo el norte y quiere captar el voto de la persona que no es capaz de relacionar la idea de comunión con el de la religión cristiana. Me parece fenomenal que se celebren fiestas por la llegada de la adolescencia o por su mayoría de edad en las puestas de largo. En países como Estados Unidos al cumplir los dieciséis años celebran unas fiestas increíbles con cientos de jóvenes, donde el colofón final es que sus padres le regalen un coche.

Fiestas aparte y volviendo a España, estamos observando que hay un sector de personas que es incapaz de respetar un sacramento que se celebra desde la última noche de Jesús ante su inminente Pasión; que es incapaz de dejar en paz a los cristianos de una vez por todas -no hacemos daño a nadie- que ayudamos al prójimo y que encima generamos empleo y riqueza de manera directa o indirecta. Y ya para colmo viene otra mente prodigiosa y se compromete a que España se convierta en un Estado Laico. “En el país de los ciegos el tuerto es el rey”.

¿Qué será lo próximo? ¿Probar que los cristianos no somos extraterrestres tirándonos al agua con una piedra atada? ¿Meternos fuego en la plaza mayor del pueblo o ciudad para ver si ardemos? O más sencillo aun, prohibir que nos realicemos como cristianos, recuerden que esto ya ocurrió en una época anterior del pasado siglo XX.

Un científico muy conocido, dijo una vez “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y yo no estoy seguro del universo”. Palabras sabias que hoy he recordado, al igual que las de una profesora de Lengua y Literatura, que tuve en mi etapa escolar y que desgraciadamente, falleció hace pocos días atrás -que en gloria esté-,  de vez en cuando pronunciaba a alguna mente poco lúcida a la que ella impartía clase, “¡Deja de decir Chuminadas campestres niño!”.

Tanto Einstein como mi profesora no se equivocaban cuando pronunciaban sus expresiones.

Estamos ante la involución de la raza humana.

¿Curioso verdad?

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